Espacio reservado para el título del blog

Esto es un sitio donde dar salida a todas las pajas mentales que tengo en la cabeza y que escribirlas en un papel sería perder el tiempo
(mucho peor perdido que en este antro)

  • Banda sonora del blog





Hay una absurda ciencia que cree que las personas nacemos con una determinada personalidad debido a la alineación de los planetas. ¡Qué absurdo! Lo que sí deberíamos creer es que, cuando los planetas se alinean, tenemos que agarrarnos los machos.

Se ve que cuando su alineación es torpe, uno tiene un mal día. Te levantas y ves que la jaula de tu animal está abierta por vete tú a saber qué razón y tu animal, claro está, ronda por tu cuarto pudiendo haber mordido cualquier cable de corriente y haberse quedado en el sitio. También puede que cuando te hayas levantado a mear, hayas dejado la puerta entreabierta por la empanada que llevas encima y que el gato de tu compañera de piso se haya colado en tu cuarto, pero no te das cuenta hasta que se te sube a la cama y empieza a mordisquearte la oreja. Te levantas tan sobado, que vas a prepararte el desayuno y no te das cuenta de que la leche que has comprado está cortada, le echas las galletas y al echar el primer sorbo desearías echar el estómago por la boca del mal sabor que tiene ese vómito blanco. Vas a vestirte y ves que tu camiseta favorita, que está recién lavada y recién planchada, tiene una mancha que no se va. Te metes en la ducha a ver si con el agua caliente se va el mal rollo del día, pero... Alguien ha gastado el agua caliente del termo antes que tú, y lo único que queda es agua que al contacto con el cuerpo pincha como cuchillas de lo fría que está. Vas a vestirte con una camiseta no-favorita y unos pantalones usados del día anterior, pero aún limpios (o eso crees hasta que ves la mancha de barro que ayer, día lluvioso, te hiciste sin darte cuenta). Maldices una vez más. Vas a disponerte a hacer la compra, porque acabas de llegar de viaje y no tienes nada. Aún así, miras el frigorífico, "pa por si las moscas". Al abrir, un huevo mal colocado cae al suelo. ¿Pero qué pasa hoy? Y encima es un huevo. ¡Un puto huevo en el suelo estallado! ¿Alguien se ha parado a reparar en lo difícil que es coger un huevo crudo del suelo? Al final optas por, con una servilleta, "enguarrarlo", hacerlo tortilla, y luego recogerlo poco a poco y con paciencia del suelo. Para seguir bien el día... Sales a la calle y diluvia... Mejor vuelves a entrar, porque está claro que hay días que Dios ha creado para que no te levantes de la cama. Todo eso son señales para que ni se te ocurra salir de casa.

Por suerte, nada de eso me ha pasado.

Mi despertar fue suave. Antes de que suene la odiosa música del despertador del móvil, o el molesto zumbido del despertador de mesita de noche. Ayer compré leche fresca. De la que está en la nevera del supermercado y caduca en 4 días (no, no es un error, ni que sea vieja, es que esa leche caduca en 4 días). Echo en el vaso, me echo las galletas y dejo que se ablanden. Doy un trago a la botella. Me recuerda a mis momentos de la infancia, cuando veraneaba en mi pueblo y mi abuela traía la leche fresca cada mañana a casa. Estaba deliciosa. Ésta también. Me meto en la ducha y me empapo del olor de cereza de mi gel. Me pongo una camiseta nueva. Voy de estreno. Mis calzoncillos preferidos. Mmmmm... Me hacen el culo suave. Mi animal de compañía me da los buenos días, juego un poco con él, le doy una chuchería (hay que malcriarlos, sino... mal asunto). Después de unas cuantas caricias (qué suave es el cabrón) y de unos cuantos besos, me voy de casa, no sin antes lavarme los dientes y ponerme mi última adquisición, el regalo de mi hermana de reyes. Exactamente es la colonia de Diesel "Only the brave". Huele genial. Salgo a la calle y el día está tapado, pero no llueve. Genial, porque no llevo paraguas. Hay obligaciones que cumplir, pero se acaban antes de lo previsto. Salgo, vengo para casa y... ¡MAGIA! El pequeño problema que tenía con mi teclado y con mi ratón han desaparecido y... ¡MÁS MAGIA! El gran problema que tenía con el sonido del PC también desaparece. Joder, estoy por comprarme una varita mágica a ver si agitándola puedo hacer que el cuarto se ordene y se limpie solo...

Mierda, se me ha colado un mosquito en mi cuarto. Bueno, da igual, ya se irá, o ya me iré yo, pero no dejo que el mosquito me amargue lo que queda de día. Salgo de casa, quedo con la mejor compañía que se pueda tener: mi mejor amigo. Nos vamos juntos a recorrer las calles del centro de Barcelona y a cenar langosta en un restaurante de lujo. Total... Paga él... ¡No le voy a decir que no! Después de una larga charla amena e interesante, salimos dirección "el cine" para ver la película de Solomon Kane. Castañas a mansalva, monstruos feos y muchas, muchas ganas de clavarles la espada en el culo. Todo aliñado con un argumento para nada decepcionante y una duración de la película más que aceptable y de guarnición: el cine vacío, sólo para nosotros. Al salir del cine, cruzamos la rambla de mar, los últimos, y vemos cómo se abre definitivamente hasta las 7 de la mañana que vuelven a poner el puente para que la gente pase. Me despido de mi mejor colega y me dispongo a coger el bus. No tengo que esperar ni dos minutos, que ya viene. Voy a meter mi tarjeta... Oh, vaya. Se le han acabado los viajes. Da igual, tengo suelto de sobra para pagar al chico pero... ¿Qué es lo que ven mis ojos? Me acerco al primer asiento y veo que me "han dejado preparados" una Guía del transporte metropolitano y una T10 con 3 viajes. Vaya por Dios... Cojo la T10, la valido, me siento y al arrancar el bus me percato que la conductora es "la de rallies". Esa conductora temeraria que menea el bus como ninguna otra. Una chica (o mujer, como ella prefiera) bajita, que apenas ve por encima del volante, pero que parece que está corriendo para batir un récord. Llego por lo menos 15 minutos antes que con otros conductores, y no, no es una exageración. Me pongo a mi gran compañero de viajes en las orejas. Vaya, se queda sin batería. Espero que dure al menos dos o tres canciones...  Disfruto del paisaje. Llego a casa, me pongo el pijama, doy la bienvenida a mi mascotilla, me la llevo conmigo al baño a mear, le enseño el interior de la nevera mientras cojo una pera de las que compré el otro día en el mercado (mi variedad favorita) le doy a probar a Hugo. Como es fruta hidratada, no le hace ni puto caso, sólo la huele. En la cocina me preparo una infusión. Infusión de frutas del bosque que tanto me gusta del bar de mis padres, de la marca que ellos gastan, ya que por reyes el representante me regaló una caja de dosis individuales de esa infusión tan preciada. Al arropo de la taza de té calentita, del pijama nuevo que me regaló mi madre por reyes y de mi bata azul, empiezo a escribir escuchando de fondo algo de música.

Todo esto, desde que salí de casa esta tarde hasta la vuelta esta noche, acompañado de la más deliciosa de las típicas lluvias escocesas que tanto me gustan. (Digo escocesas porque es donde las caté en todo su esplendor, que puede que en otros sitios, como hoy en Barcelona, también se den). Lo suficientemente fina como para no calarte la ropa, pero a la vez lo suficientemente gruesa como para notar su frescor en la cara. Esa lluvia que dices: ojalá lloviera siempre así. De ese tipo de lluvias que invita a pasear por debajo de ellas, sin preocuparte por coger una pulmonía.

Eso es lo que pasa cuando los planetas se alinean. Pero como se alinearon ya en 2009 y, según wikipedia, no volverá a pasar hasta 2012, atribuiré el genial día de hoy a que me lo he tomado con positivismo desde el principio, o simplemente a que cosas chorras hacen a uno sentir bien.

Categories:

2 Response for the "Cuando los planetas se alinean"

  1. Sícuando valorams ls pekeños detalles somos más gefelices, porq creo q en ellos reside gran parte de la felicidad, y quien no ls valora, pierde un gran porcentaje, por no decir un 90...
    Ls lluvia es increible, asi como cualkier fenomeno metereologico. Es tan increible, verdad? algo q es capaz de hacer la naturaleza, la física, la química...
    Hay días q no son perfctos (ninguno lo es en realidad) pero depende de nosotros, de cómo ns lo tomemos, de lo que valorems de él...
    Encantadísima de leert nuevamnt :) Na nit!

  2. Gaby says:

    Que envidia de la mala... por qué yo no puedo tener un día por lo menos la mitad de perfecto que el tuyo?
    Igual y estoy de acuerdo con el comentario de gota de agua... el día depende de como lo tomemos, y de como veamos las cosas...

    saludos